RIO SINÚ
Este es un río del norte de Colombia, que nace en la serranía de San jerónimo y desemboca en el Caribe, atraviesa de Sur a Norte el departamento de Córdoba, es el tercer río más importante en la vertiente del caribe luego del río Magdalena y el Cauca. Con una longitud de 370 km, y navegable en 200km hasta Montería, es el único río en Colombia y uno de los pocos en el mundo que comprende algunos de los más importantes complejos bioecológicos: Páramo, Estuario, selva tropical, humedales. La hoya del Sinú es una región Ganadera y es una de las más fértiles en Colombia. Provee el 90% de la riqueza del mar Caribe, representada ésta en plancton, zooplancton y millones de microorganismos con las que ha irrigado el valle del Sinú, así éste ha llegado a ser uno de los más fértiles del mundo. Este valle comprende los seis subvalles de El Tigre, El Manso, Valencia, Betancí, Mocarí y Tofeme. Para los habitantes aledaños al río, éste representa gran parte de su fuente de subsistencia, como la alimentación, medio de transporte para desarrollar sus actividades económicas, es el río el encargado de mantener un ambiente sano, armonioso y saludable. Dicen sus habitantes que todo se lo deben al río: Sus frutos, los cereales, los peces, los pájaros, los animales, la tierra. Alguien lo describe así: “En su cabecera, el Sinú corre apuradísimo, espumando, saltando entre las rocas verdosas, para escapar de su oscuro túnel tropical. Y entre las chozas Embera, cambia a un trote suave, sobre su lecho ancho de cantos rodados resplandecientes; un paraíso en la tierra...”
CONOZCAMOS SU GEOGRAFIA
El río Sinú nace en el Nudo del Paramillo,
en el departamento de Antioquía, y desemboca en Boca de Tinajones, continua a
la Bahía de Cispatá, en el mar Caribe. Hasta las décadas de 1940-50
desembocaba en la bahía de Cispatá, en el golfo de Morrosquillo Con una longitud de 415 km, es el
tercer río colombiano más importante de la vertiente del Caribe, después de los
ríos Magdalena y Cauca.
En sus 13.700 km² de cuenca, el Sinú irriga 16 municipios cordobeses los cuales
derivan su economía -en gran parte- de las bondades de este río. No en vano el
valle del Sinú está entre los más fértiles del mundo, al lado de los del Nilo,
Tigris y Éufrates. En su parte media es aprovechado para la generación de
energía hidroeléctrica con el embalse de urrá y dos
plantas hidroeléctricas.
El río Sinú es navegable en 200 km, hasta Montería,
su principal puerto. Es uno de los tres ríos más importantes del departamento
de Córdoba, junto con los ríos San Jorge y Canalete.
Atraviesa el departamento de sur a norte, entre la serranía de Abibe y la
serranía de San Jerónimo. El Sinú es torrentoso en su nacimiento, pero a partir
de la quebrada de Jui se torna bastante manso y facilita la navegación. Los
principales afluentes del Sinú en su banda oriental son las quebradas de Urrá,
Tay y Jui. Por el occidente recibe aguas de los ríos Verde, Esmeralda, Naim. Su
curso Sur - Norte sigue y a la altura de la ciudad de Cereté se bifurca para
luego unirse en la ciudad de Lorica.
Pasa por los municipios de Cereté,
Montería, Lorica, Sahagún, Chinú, Chimá, Ayapel y otros más.
SU NOMBRE
Acerca del nombre Sinú en realidad poco se
sabe y posiblemente nunca se conozca la razón por la cual los zenúes bautizaron su río con dicho
nombre. Al respecto, el historiador francés Jaime Exbrayat comenta lo siguiente:
1542. Heredia Palomino, posteriormente a las expediciones de los
dos hermanos Pedro y Alonso de Heredia (…) se dio a la dificilísima tarea de
remontar y explorar el río (…) quiso hacerlo en su caballo Matamoros, pero con
tan mala suerte que por alguna razón que nosotros ignoramos, y habiéndose
ladeado la montura, quedó el jinete a merced de la corriente y se ahogó (…)
Antes de perecer de manera trágica Heredia P. dio a nuestro río el nombre de
“SENU” por los muchos senos que forma en su curso normal…
Esta teoría, sin embargo, ofrece muchas
inconsistencias. Otros afirman que Sinú viene del vocablo sinuoso, que
significa torcido o que da vueltas. Esto también es absurdo ya que sugiere un
nombre impuesto por los ibéricos y es cierto que cuando ellos entraron al Zenú,
los indios ya debían haberlo bautizado así para diferenciarlo del Jegú (hoy San
Jorge), del Nechí y de otras quebradas y riachuelos. Además, todo río por lo
regular es sinuoso.
UN VISTAZO AL
MITO
La tradición oral, transmitida de
generación en generación, cuenta así el nacimiento mítico del río Sinú
Hace muchos años el indio Zenú Domicó poseía toda la naturaleza y
estaba empeñado en encontrar el fruto sagrado. Sabía que lo encontraría en la
cúspide misma del Murrucucú. Domicó era un hombre con mucha malicia y no le
importaba el castigo o recompensa de los dioses del Sinú…él solo quería el
totumo de oro y nada más. Pero su tarea no era fácil, tenía que sortear ¡tantas
dificultades! y tener un ojo de águila porque el totumo estaba perdido en el
arrullo del viento. Los días pasaron y por fin pudo encontrar el árbol de
totumo. Mágicamente el fruto sagrado salió del viento y Domicó lo tomó para sí.
Después de tantos días era preciso descansar, así que se quedó dormido bajo un
frondoso árbol. Contento por haber logrado tal hazaña, se levantó al cabo de
unas horas dando brincos y saltos, pero la magia ya no estaba con él y tropezó
con un tronco seco que estaba en el suelo, no pudo contener su caída y el viento
celoso le arrebató el totumo de oro, perdiéndose en la infinidad el sagrado
fruto. Éste se abrió y una tonalidad verdosa apareció y lentamente fue saliendo
de su interior un hilillo de agua que formó al Sinú. Atónito Domicó presenciaba
semejante acto bondadoso de la naturaleza. Entonces tomó un poco de agua y la
tiró hacia arriba. No sabiendo si estar triste por haber perdido el fruto o
contento por el nacimiento del río, se quedó dormido nuevamente. El Sinú fue a
buscar nacimiento a un cerro más alto que el Murrucucú y llegó hasta el nudo
del Paramillo, donde se instaló.
EL SINÚ Y SU DESEMBOCADURA
Hacia 1928 se dio en la desembocadura del
río Sinú un fenómeno social-geográfico y económico (sociogeoeconómico) que
cambió substancialmente la economía regional. En efecto, a comienzos del siglo
XX los campesinos del municipio de San Bernardo del Viento adecuaron junto con
los de San Antero las tierras aledañas a la bahía de Cispatá, donde desembocaba
el Sinú. Las cosechas de arroz eran abundantes y gracias a este producto de
primera necesidad subsistían los campesinos. En los albores de 1938 un grupo de
hacendados de la región reclamaron la posesión de los terrenos y entonces el
conflicto estalló. Los primeros construyeron canales para desaguar las ciénagas
próximas y ampliar la tierra cultivable.
Los canales, las continuas crecidas del
río y otros factores, contribuyeron a que el dique natural del río se reventara
justamente por un meandro muy cercano al litoral y depositara la mayor parte
del agua por ahí, consolidando una nueva desembocadura. Como es obvio, la
reciente desembocadura significaba un giro en la economía regional, es así como
se construye un canal artificial y un dique para que el río retomara su antiguo
cauce y aunque el río siguió por el canal, su curso se dirigió hacia Tinajones
nuevamente.
POBLACION
Cerca de un millón de personas habitan la
totalidad de la cuenca en 14 municipios del departamento de Córdoba, incluida
su capital.
Embera Katío:
Son aproximadamente 2400 indígenas que habitan el alto Sinú dentro del Parque Nacional Paramillo; algunos de sus territorios tradicionales son constituidos como resguardo. Ellos consideran el Río como su madre de creación. Sus actividades económicas dependían completamente del Sinú, éste era su red de comunicación interna y externa, ya que navegaban en sus canoas hasta los puertos del bajo Sinú parta intercambiar algunas comidas esenciales, y para obtener cuentas coloridas que son necesarias para la elaboración de sus collares. Han practicado una agricultura de selva tropical húmeda, itinerante, de parcelas de plátano, maíz y caña de azúcar. En épocas posteriores han incorporado otros productos como el arroz, o yuca y fríjol.
Pescadores Artesanales y Agricultores Tradicionales
El curso medio y bajo del río Sinú se encuentra conformado por diez (10)
municipios. Ocupa un 16.1% del área total del departamento de Córdoba y posee
el 24.53% de su población
total. La población vivía
agradecida con el río, vivían tranquilos porque el río nunca les fallaba. En
abril las primeras lluvias recargaban las ciénagas de alevines junto con los
nutrientes, unos meses después los pescadores se daban el gusto de llenar sus
canoas en un corto
tiempo. Pero el río no
solo les daba los peces, gracias a las desbordes anuales ellos tenían una de
las llanuras aluviales más fértiles de América, en las ciénagas cuando el
espejo de agua retrocedía las sandías florecían y
engrosaban. Históricamente,
ellos han practicado la tradición milenaria Zenú de la alfarería. Ciertamente,
ellos pescaban y sembraban maíz para comer, pero nadie se preocupaba de
venderlo. Nadie quería comprarlo tampoco, el Sinú producía suficiente para
todos.
Zenúes:
El
pueblo se localiza en los departamentos de Córdoba, municipio de San Andrés de
Sotavento, y el Urabá Antioqueño, municipio de El Volao. También hay pequeños
asentamientos en Antioquia, Chocó, Sucre y sur de Bolívar. La sociedad
estaba dividida en tres sectores dominados por miembros de una misma familia.
El sector de los Finzenú, ubicado sobre el río Sinú, estaba dedicado al tejido
y la cestería; los Panzenú, localizados sobre el río San Jorge, producía los
alimentos; y los Zenufana, ubicados entre los ríos Cauca y el Nechí, trabajaron
la orfebrería.
Conocidos
por la historia como los creadores del sistema de ingeniería prehispánica más adecuado
y sostenible para el manejo de humedales en la costa norte colombiana. La
principal actividad productiva del pueblo Zenú se concentra en la horticultura,
la que combinan con la crianza de animales domésticos. Se cultiva plátano,
yuca, fríjol, ñame, cacao, malanga, entre otros. La actividad agrícola está
destinada básicamente a la subsistencia y autoconsumo de la comunidad. En los
departamentos de Córdoba y Sucre, donde la tierra es propiedad de
terratenientes, es frecuente que el indígena se emplee como asalariado en
fincas.
Y
SUS FIESTAS?
Como es de
esperar a todas las cosas significativas se les rinde un merecido homenaje
nuestro río no podía ser la excepción por esta razón se celebra en su segunda
versión las fiestas del río invitando
a todas las
personas del mundo a disfrutarlas
Este año se
llevaron a cabo eventos tales como festival gastronómico, cultural, de cine,
náutico y el Reinado Popular del Río Sinú.